En la actualidad vivimos en un mundo en el que la distracción y las interrupciones son las que dominan nuestros días. La adicción a las nuevas tecnologías y en especial al uso del móvil nos impiden concentrarnos.
Yo mismo me confieso secuestrado por la tecnología que nos rodea, e intento buscar espacios de calma y concentración, y confieso que no es fácil. Probablemente tú no seas muy distinto o distinta a mi y también te encuentras secuestrado por ese pequeño dispositivo que nos acompaña y sin el cuál nos sentimos perdidos y hasta desorientados.
Secuestro emocional
La tecnología que nos permite conectar con el mundo en su totalidad parecería que nos aleja de aquellos que tenemos a nuestro lado. Una paradoja que nos lleva no sólo a deteriorar las relaciones con las personas cercanas, sino que también deteriora nuestra propia concentración.
Esto es sin ninguna duda por la dopamina que genera nuestro cerebro cuando recibimos un mensaje, un like en las redes sociales, o cualquier otra pequeña recompensa al utilizar nuestros dispositivos. La dopamina es un neurotransmisor de recompensa que refuerza las acciones que lo producen, y que por lo tanto potencia las redes neuronales que la producen. La conclusión es que si no tenemos cuidado el uso del móvil se transforma en una adicción, cuando no en una aducción.
Busca espacios de concentración
Aunque tal y como te confesaba, no es fácil ser consciente en primer lugar, mucho menos lo es aplicar las medidas necesarias para poner en práctica la búsqueda de espacios de concentración, y de paso de reflexión personal.
En especial, creo que es necesario que comencemos a respetarnos y a darnos la oportunidad de seguir creciendo y mejorando buscando esos espacios de concentración y recogimiento en los cuales huiremos de las interrupciones y de las interferencias de la tecnología intrusiva. No es fácil como te decía, ya que estaremos trabajando en contra de un proceso químico que en nuestro cerebro nos da placer, pero que a largo plazo es más perjudicial que beneficioso.
Así pues, yo te propongo los siguientes espacios temporales, y que si es posible puedes acompañar por lugares especiales:
- La primera hora de la mañana.
- Durante el día, busca tu momento especial de concentración.
- La última hora de la noche.
La primera hora de la mañana
Es el momento clave, si tuviera que quedarme tan sólo con uno de ellos, este sería el seleccionado. Concentrase a primera hora de la mañana nos prepara para afrontar el día con una mentalidad de crecimiento.
Así pues, olvídate de lo que que hace el 95% de las personas, se despiertan y lo primero que hacen es chequear el móvil, ver o leer las últimas noticias, por lo general negativas, y finalmente correr al trabajo tragándose a duras penas un café mal preparado.
En lugar de lo anterior, intenta levantarte una hora antes y durante esa hora nada de móvil, nada de noticias, tan sólo tú cuerpo y mente trabajando para crear una conciencia superior. Busca las actividades que más te gusten, lectura, un poco de ejercicio, un paseo por el parque cercano, una buena ducha, meditación, existen muchas posibilidades. Pero lo más importante nada de tecnología durante esa primera hora.
Momentos especiales
Durante el día con el trabajo, la familia y todas las tareas pendientes es todavía más difícil encontrar un espacio para practicar algo parecido a lo indicado a primera hora de la mañana, pero eso sería lo ideal.
En mi caso, por ponerte un ejemplo, mi hora sagrada es la hora del gimnasio al medio día, hora en la cual me dedico enteramente a la actividad física y a pensar y reflexionar sobre multitud de temas.
Otro punto importante a lo largo del día es el respecto a los demás y a ser generosos dejando nuestros dispositivos a un lado cuando tengamos una reunión o encuentro con otras personas, ya sea a nivel personal o profesional.
La última hora de la noche
Finalmente, al igual que ocurre a primera hora de la mañana, necesitamos encontrar un momento de concentración antes de acostarnos.
En mi caso, me gusta mucho el Visual Thinking y ese es el momento de practicarlo en mi espacio de concentración, y allí dibujo, reflexiono y comparto mis ideas. También es el momento en el que escribo en mi diario y anoto las experiencias del día, lo que he sentido, mis logros y frustraciones.
Este espacio al final del día nos ayuda a descansar mejor y a prepararnos para el siguiente día.
Conclusión
Por favor busca tus momentos, verás que tu vida mejora. Aunque no lo creas es difícil y cuesta trabajo practicar estos momentos de concentración, pero créeme los beneficios son muy superiores al esfuerzo que requieren.
¿Cuáles son tus espacios de concentración?
Me encantaría conocer cuáles son tus espacios de concentración, y si no los tienes ¿crees que es buena idea comenzar a crearlos en tu vida?
Muchas gracias
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Totalmente de acuerdo. Me parece imprescindible buscar “tu momento” y “tu espacio”. Puede parecer egoísta, pero es al contrario. De hecho, si no tienes, al menos un hueco semanal de reflexión en soledad, pienso que el estrés te puede hacer jugar malas pasadas con los tuyos. Sin embargo, cuando has tenido tus momentos, puedes estar en mejor disposición de atender otras cosas estando más centrado.
Muy interesante el tema de tu artículo. Gracias!
Saludos desde Las Palmas!
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Muchas gracias por tu comentario. Saludos
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