¿Podemos usar la metodología Agile para la gestión de nuestros objetivos personales?
La respuesta es un rotundo Sí.
La cuestión es sencilla, si Agile nos ayuda a organizar nuestras tareas en el entorno laboral, cuál podría ser la razón de que no sea igualmente útil en nuestro entorno personal. Por ejemplo, según mi opinión KANBAN es una herramienta poderosa para la organización personal y familiar.
Encajando la filosofía
Valorar a las personas por encima de los procesos, la mejora continua y la adaptación rápida al cambio son la base de la filosofía que acompaña a la metodología Agile.
En el ámbito personal esto se traduce rápidamente en las siguientes pautas:
- Saber valorarnos por encima de cualquier circunstancia. No depender de la valoración externa, ni de las opiniones ajenas.
- Mejorar continuamente. El desarrollo personal y el aprendizaje continuo son indispensables y motor de nuestra actividad.
- Adaptarnos al cambio y saber ver el lado positivo de los sucesos. «El error» es simplemente una oportunidad de aprendizaje y un paso necesario para alcanzar el éxito.
Encajando los conceptos
En KANBAN hablamos de visualizar el proceso, hablamos de WIP y hablamos de tareas. En nuestras vidas la búsqueda y consecución de objetivos y metas necesita de una constante visualización que nos ayude a mantenerlos siempre en la mente y que no nos deje apartarnos de su consecución.
El WIP nos habla de evitar la multitarea. Nos recuerda la necesidad de centrarnos en alcanzar objetivos escalonadamente y no tratar de alcanzarlos todos al mismo tiempo. La multitarea tan solo incrementa el riesgo de no llegar a la meta y genera un estrés que impide mantener la mente centrada.
La tareas y sus diferentes tipos también se pueden adoptar para nuestra vida personal. Existen tareas con una fecha de cumplimiento fija, tareas urgentes que han de realizarse lo antes posible, tareas de desarrollo personal en las que necesitamos invertir tiempo y tareas que podemos planificar ordenadamente en el tiempo.
La importancia de los hábitos
Existen unas tareas de desarrollo personal especiales que se denominan hábitos personales. Estos nos ayudan a automatizar ciertas acciones positivas o eliminar otras negativas.
Se trata de acciones que refuerzan nuestros valores y nos ayudan a desarrollar competencias importantes.
Plantilla inicial
La agilidad nos insta a que tomemos siempre de las metodologías aquello que encaje con nosotros y que en su uso lo adaptemos a nuestra forma de hacer las cosas.
Así pues, con este punto de partida comienza a rellenar el tablero y plantéate un periodo de tiempo para cumplir un conjunto de tareas. Para un tablero personal creo que un período de 4 semanas es el más adecuado, además nos permitirá hacer un seguimiento de hábitos consolidados.
Esta plantilla está dividida en dos zonas:
- Objetivos asociados a los diferentes roles personales.
- Consolidación de hábitos.
Objetivos por Rol
Identifica tus roles principales y escribe tus sueños asociados con cada uno de ellos. Los sueños no tienen límite y por esta razón no existe un WIP asociado a esta fase.
Después identifica las fases que te permitan alcanzar tu sueño:
- En estudio: Estudia las posibilidades y decide rápido. Tiene que existir un WIP que nos permita centrarnos en madurar nuestros sueños.
- Realizando: Una vez tomada una decisión tenemos que comenzar a realizar las acciones necesarias para alcanzarlo. Da un primer paso por pequeño que sea, la cuestión es iniciar el movimiento.
- Cumplidos: El objetivo o meta queda cumplido.
Consolidación de Hábitos
La consolidación de hábitos pasa por las siguientes fases:
- Proponerse seriamente el hábito.
- Consolidar, como mínimo lo tenemos que cumplir durante tres semanas.
- Mantenerlo en el tiempo es fundamental.
Lógicamente existe una fase de planificación a largo plazo en la que tenemos que hacer una revisión de hábitos para ir adaptándolos a nuestra evolución personal.
[…] establecer hábitos útiles en tu vida es clave para tu desarrollo, el hábito de la lectura es uno de los principales. […]
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