Está demostrado que las personas no compramos las cosas que alguien hace o seguimos a un líder por lo que hace, las personas nos guiamos por sensaciones y emociones, y por lo tanto compramos por el por qué lo hace o seguimos a un líder por qué creemos en lo que ese líder cree.
Esta idea es original de Simon Sinek. Seguidamente podéis ver el TEDx en el cual Simon Sinek explica lo que el denomina el «Círculo de Oro». Se trata de otro de los TEDx que no puedes dejar de ver, ya que explica perfectamente la esencia del liderazgo y el método para pasar de tener resultados normales a tenerlos extraordinarios.
¡Simplemente Genial! Tal y como dice Simon Sinek se trata de una idea sencilla pero tremendamente potente y lo que es más importante está basada en el funcionamiento real de nuestro cerebro en la toma de decisiones.
Existen razones biológicas
Está claro que todo lo que nos produce felicidad, realización y logro instantáneo nos atrae. Esta atracción se explica biológicamente por la adrenalina que genera en nuestro cerebro, la cual activa el circuito de recompensa y modifica nuestra conducta. En otras palabras, las emociones influyen directamente sobre nuestra conducta, y también influyen directamente en las decisiones que tomamos.
Por lo tanto, independientemente del producto al que nos expongamos o del líder que intente contar con nuestra colaboración lo importante es la emoción que nos transmita, porque el cerebro desea experimentar placer y este lo producen las sensaciones y las emociones que activan nuestros circuitos de recompensa.
¿Qué es lo normal?
¿Cuál es modelo normal de liderazgo en nuestras empresas?
Si hablamos de los líderes que encontramos generalmente en nuestras empresas, el sistema de liderazgo que utilizan es el siguiente:
- En primer lugar nos dicen que es lo que tenemos que hacer. En algunos casos, esto ya es una autentica suerte.
- Después en el mejor de los casos nos indican cómo hacerlo. Y eso sí, nos dan toneladas de normas, circulares y una gran cantidad de procedimientos y políticas de empresa.
- Pero por lo general, nunca nos darán ni una razón, ni una motivación, ni nada que nos haga creer y confiar en que nuestro trabajo tiene un valor y un propósito. Y en el caso de que exista trataran de ocultarla.
En resumen, no activan nuestro circuito de recompensa y no nos sentimos vinculados. Es decir, no consiguen obtener lo mejor de nosotros. Están usando erróneamente el círculo de oro. Intentan plantear el ¿Qué?, se centran en el ¿Cómo? y se olvidan completamente del ¿Por qué?
La pregunta que podemos hacernos ahora es, ¿Cuál es nuestro propio modelo de liderazgo?
¡Todo el mundo tranquilo! Por suerte para nosotros ahora conocemos el círculo de oro, y sabemos que tan solo tenemos que cambiar el sentido de los pasos para que el resultado sea totalmente diferente.
¿Cómo alcanzamos lo extraordinario?
El proceso tiene exactamente los mismos pasos pero el sentido inverso de los mismos produce un resultado completamente diferente:
- En primer lugar tenemos que centramos en implicar a nuestro equipo y hacerle participe de una visión que tenga valores compartidos. Tenemos que hacerles ver la importancia de su contribución y tenemos que generar un compromiso genuino.
- Después les ayudaremos a alcanzar los objetivos, les facilitaremos las herramientas y les daremos la responsabilidad y el poder de tomar sus propias decisiones.
- Finalmente los objetivos y los resultados serán simplemente una consecuencia directa de la visión compartida.
En resumen, una vez que hemos activado el circuito de recompensa estableciendo un ¿Por qué? compartido y conectado con las emociones. Y hemos establecido un ¿Cómo? con una base sólida de responsabilidad y compromiso. El ¿Qué? sin duda será un resultado extraordinario.