Existe una cita clásica que dice lo siguiente:
La práctica hace al maestro
Es decir, la práctica te hace experto, te permite ir mejorando y consiguiendo que realices las tareas de una forma más eficiente. En algunos casos, puedes conseguir llegar a realizar tareas de forma totalmente inconsciente, tal y como ocurre cuando llegamos a ser buenos conductores.
Además, para llegar a ser maestros hemos de pasar inevitablemente por una fase de aprendizaje, de práctica consciente. Es el proceso natural.
Sí, lo anterior es absolutamente correcto, pero si trasladamos esta misma reflexión al ámbito de la práctica de la agilidad y del desarrollo ágil me temo que no es tan fácil llegar a la misma conclusión.
Aplicar prácticas AGILE
En muchas organizaciones se ha puesto de moda el uso de prácticas y metodologías ágiles tales como SCRUM, KANBAN, XP, etc. Para muchos ya no resultan extraños conceptos como Burndown, WIP, historias de usuario o retrospectivas. La agilidad a traído a las organizaciones grandes beneficios, entre los cuales podríamos citar los siguientes:
- Facilidad para cambiar las prioridades
- Mejora de la visibilidad del trabajo en curso
- Incremento de la productividad
- Mejora de la calidad
- Reducción del riesgo
La verdad es que después de escribir esta lista, podríamos llegar a la conclusión de que los beneficios de la adopción de metodologías ágiles son espectaculares y la verdad es que así es. Sin embargo, no podemos conformarnos con quedarnos con llegar tan solo a este punto, ya que según mi opinión es tan solo la parte de menor valor.
La agilidad es algo más que aplicar unas prácticas
Sí, aplicar las prácticas ágiles nos produce muchos beneficios, sobre todo al principio de la adopción de las mismas. Ahora bien, estas nuevas prácticas tienen que venir acompañadas de un cambio de mentalidad o de lo contrario se convertirán en rutinas que con el tiempo perderán su efectividad y su sentido.
Quizás esto pueda parecer una declaración un tanto radical, pero creo que es absolutamente real. El valor de la agilidad no está en las prácticas, esta en los valores que la sustentan.
Por cierto, soy un fiel defensor y gran convencido de que son los hábitos positivos son los que marcan la diferencia entre las personas exitosas y aquellas que no consiguen alcanzar sus objetivos. Sin embargo, los hábitos tienen que estar acompañados por una mentalidad específica, una filosofía de vida, y un sentir en el trabajo.
Esta mentalidad especial es la clave, y tan solo bajo su soporte las prácticas ágiles tienen sentido y permiten alcanzar todo el potencial que encierran.
¿Cuál es la mentalidad AGILE?
Bien, creo que la mentalidad AGILE está sustentada bajo tres pilares fundamentales y no solo eso, la organización se tiene que preocupar de mantener la buena salud de los mismos, de lo contrario todo el sistema quedará comprometido. Veamos cuales son esos pilares:
- Confianza. Relaciones seguras y confiables en todos los niveles.
- Innovación. La NO innovación tan solo nos puede llevar a la extinción.
- Visión de futuro.
Confianza
Si tuviera que indicar cual es el principal de los pilares sin duda sería la confianza. Tiene que ser el primero en crearse. Una organización en la que la confianza no existe, jamas podrá implantar una metodología ágil, en realidad dudo mucho que pueda llegar a alcanzar meta alguna de forma consistente.
Lamentablemente, la confianza cuesta mucho tiempo conseguirla, y puede perderse en un instante de forma prácticamente irreversible. Además, existen muchos niveles de confianza, personal, interpersonal, en el equipo, en la organización y tenemos que preocuparnos de que todos tengan un buen estado de salud. La perdida de confianza en cualquiera de los niveles influirá negativamente en el resto de ellos y terminará por instalar un clima de desconfianza generalizado.
Innovación
Tiene que existir en la organización una mentalidad abierta al cambio, que no penalice los errores y que considere que el crecimiento de las personas está por encima de los resultados y los objetivos puntuales.
El error motivado por la iniciativa no tiene que ser castigado, tiene que ser utilizado para el aprendizaje y la mejora continua. Se tiene que dar el poder a las personas para que puedan buscar líneas de crecimiento, donde la equivocación tan solo sea un paso más del proceso.
Visión
El corto plazo, el hacer las cosas siempre de la misma forma tiene que desterrarse. Tenemos que pensar a largo plazo y tener muy claros cuales son los objetivos que queremos alcanzar.
Las organizaciones generalmente se pierden en la resolución de los problemas puntuales, en sofocar los fuegos que constantemente se producen, pero los temas realmente importantes se dejan aparcados y nunca llegan a realizarse, salvo que se transformen en si mismos en un nuevo fuego que apagar.
Prácticas ágiles junto con mentalidad ágil.
Estarás pensando que conseguir un mentalidad ágil es mucho más difícil que ponernos a pegar post-it en un KANBAN, y estás en lo cierto. Sin embargo, es la única forma de que la metodología nos ofrezca su verdadero valor. Valor que se traduce en los siguientes beneficios:
- Satisfacción del cliente
- Compromiso en el trabajo
- Creatividad
- Aprendizaje continuo
- Disfrute del trabajo
- Sentimiento de pertenencia a algo superior
Si comparamos esta lista con la anterior en la que tan solo estábamos considerando las practicas ágiles, rápidamente podremos llegar a una conclusión:
AGILE es algo más que un puñado de práctica, es un cambio de mentalidad
Queda claro que necesitamos cambiar nuestra mentalidad.
Me gustaría conocer tu opinión, si te animas te doy las gracias por tus comentarios.
Muchas gracias y buen día,
He trabajado en alguna empresa en la que pretendían practicar desarrollo de software ágil. Scrum, en concreto. Poco después de empezar entendí el concepto de «ágil» que algunas organizaciones tienen.
Un equipo ágil no consiste en tener tickets (tareas o historias de usuario) en un backlog. No consiste en hacer una retrospectiva aburrida que no sirve para nada. No consiste en un standup diario para ver que hicimos ayer y que toca hoy (eso lo sabemos con un vistazo al backlog).
Un equipo ágil es comunicación continua. Es inspeccionar el producto en construcción, el proceso para construirlo y las relaciones personales de los constructores. Es ser honesto y transparente. Es hacer críticas contructivas. Y aceptarlas cuando las escuchamos. Es discutir y aprender si alguien tiene una solución o idea mejor.
Cuando juntamos esta actitud del equipo con el backlog, los standups, las retros, y el resto de los eventos, prácticas y artefactos, entonces tenemos un equipo ágil.
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Simplemente Genial. Estoy completamente de acuerdo contigo.
Un equipo ágil es aquel en el que se colabora y comparte todo con todos, ya que su principal objetivo es dar el mayor valor posible sin afán de protagonismos personales. Confianza y sólidos valores.
Muchas gracias por tu valiosa aportación.
Buen día
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