«Más hace el que quiere que el que puede»
Se trata de una frase muy simple que probablemente hemos escuchado multitud de veces a lo largo de nuestra vida, pero sin embargo parece que no terminamos de creérnosla.
Esta frase habla en esencia de que no es el «poder» lo que mueve el mundo, es la motivación, es la capacidad que tienen las personas de alcanzar aquello que anhelan en su interior, y que en definitiva es aquello que los apasiona. Ahora bien, existen momentos en la vida en los que llegamos a acomodarnos en exceso, en los que perdemos esa motivación.
Acomodo
El acomodo se produce cuando nos mantenemos al calor de nuestra zona de confort. Ese calor que al principio nos reconforta, pero que con el tiempo puede llegar a quemarnos e incluso carbonizarnos sin apenas darnos cuenta. Es algo así como el cuento de la rana que al final quedo cocida sin darse cuenta.
No tenemos que permitir que eso nos ocurra a nosotros, tenemos que tener siempre la motivación viva, y que esta nos sirva para movernos constantemente a nuevas zonas de aprendizaje en las que seguir constantemente en desarrollo.
Humildad
Pensar que ya estamos en el top, que somos los mejores, o que estamos por encima del bien y del mal son actitudes negativas que se alimentan de la vanidad. Para crecer y salir de nuestro acomodo es necesario ver las cosas tal y como son, sin las deformaciones que generan nuestras propias creencias y que nos hacen ver un mundo que en realidad no existe.
La unica medicina posible para esta enfermedad es la «humildad», esa que nos permite ver las cosas tal y como son, no como nosotros las vemos. En muchos casos, para hacer esto necesitaremos ayuda de nuestro círculo más próximo , y una forma de hacerlo es preguntar abiertamente a las personas de nuestros diferentes entornos que es lo que ven en nosotros.
En este punto tenemos que estar en disposición de aceptar cualquier opinión por dura que sea, la humildad nos tiene que ayudar a ver la luz que en su día pudo quedar oscurecida por las sombras de la vanidad.
Coraje
El miedo es algo natural, pero hemos de ser capaces de superarlo con el coraje que encontramos en la necesidad de seguir creciendo para transformarnos en el ideal de persona que queremos llegar a ser.
Ese coraje será el que transformará esos miedos, esos puntos débiles revelados en la búsqueda de nuestro crecimiento, en nuevas oportunidades de crecimiento que nos permitirán alcanzar nuestros sueños.
Confianza
Una vez establecidos nuestros objetivos viene el momento de comenzar a trabajar duro, es la única forma de alcanzar cualquier tipo de éxito. Trabajar y perseverar al margen de que los resultados tarden en llegar, y para esto hemos de poseer una confianza bien forjada que nos ayude a mantenernos firmes a pesar de los fracasos y de las equivocaciones.
El camino del crecimiento
Si te encuentras en una zona de confort, intenta salir de ella cuanto antes. No dejes que te pase como a la rana, para evitarlo te propongo los siguientes pasos:
- Identifica tu situación de acomodo
- Sé humilde y trata de ver tu situación con otros ojos
- Ten coraje para asumir tus defectos
- Trabaja duro sin renunciar a tus sueños
- Ten confianza en tu visión
Muchas gracias y buen día,