Todas las mañanas al ir a tomar un café con los compañeros de trabajo, nos cruzamos con el mismo hombre de color que en la esquina de la entrada de un supermercado pide unas monedas para sobrevivir.

Uno de los días en mi afán por remarcar la sinrazón de estar ahí día tras día, la sinrazón de no intentar hacer algo por cambiar o mejorar su situación. Comenté:

“Podría estar buscando un trabajo, podría estar tratando de formarse, de superarse. Podría tratar de salir de esa situación que lo tiene atrapado y sin un futuro aparentemente mejor.”

La respuesta de uno de mis compañeros fue:

 «Y tú, ¿acaso no te encuentras también en tu esquina particular?”

Esta respuesta fue directa al centro mismo de mi zona de confort. Y es que pensándolo bien, casi todos estamos atrapados en nuestra esquina particular. Sin embargo, no somos conscientes de nuestra situación, y pensamos ilusos que somos diferentes.

¿Cuál es tu esquina particular?

Quizás nuestro círculo sea más amplio o no, quizás seamos más feliz o no, pero en cualquier caso, ¿qué diferencia existe entre esa persona que pide en la puerta de un supermercado y nosotros mismos?

En la mayoría de los casos, día tras día vamos al trabajo para poder disponer a fin de mes del suficiente dinero para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestras familia. Mañana, el volverá a estar en la misma esquina, y nosotros volveremos a ir a trabajar independientemente de las ganas con las que nos levantemos por la mañana, y de que el trabajo nos guste o no.

Muchos pensaremos, “Yo tengo un buen trabajo, tengo un futuro…»

¿Lo piensas en serio?, a que estamos jugando.

Ahora no veo que la situación sea tan diferente, y es que en muchos casos no lo es. Sobretodo si nos limitamos a esperar a que llegue la hora de volver a casa y no pensamos en dar lo mejor de nosotros mismos. Cuando no crecemos, sin duda estamos estancados en nuestra esquina.

Así pues, hago un llamamiento a la acción, a poner en nuestra vida pasión y entrega por nuestros trabajos y familias. Pasión por nuestro futuro, y en especial os invito a salir de nuestra particular zona de confort.

¡Podemos ser diferentes!, debemos ser diferentes. Nuestra obligación es seguir evolucionando y creciendo, no para conseguir más dinero, ni más cosas. Tenemos que crecer para ser mejores personas, para desarrollar nuestras capacidades, y para conseguir ser cada día versiones superiores de nosotros mismos.

Experimenta, no tengas miedo al fracaso o a la equivocación, podemos intentarlo cuantas veces queramos, el límite lo ponemos nosotros mismos.

¡Salgamos de nuestra esquina particular! El mundo esta lleno de avenidas que sin duda nos llevaran allí donde residen nuestros sueños.

Gracias y buen día,

Categoría:
Reflexiones

¡Únete a la conversación! 1 comentario

  1. Buenísimo,
    Hay que buscar nuestra esquina y salir de ella.

    Me gusta

    Responder

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: