Cuéntanos algo que la mayoría de gente no entiende.
Las personas generalmente no entendemos que la felicidad no es algo que se pueda alcanzar por el hecho de alcanzar determinados objetivos, y además tampoco entendemos que después tengamos que seguir esforzándonos para mantenernos en ese estado.
La mayoría de las personas creen, muchas incluso están absolutamente convencidas, que si tienen suficiente dinero, una casa grande, 27 certificaciones, un título universitario y 3 Másters, un trabajo estable o una pareja amorosa perfecta, entonces serán felices para siempre. Pero la realidad es mucho más compleja.
La felicidad no es un destino al que se llega, sino más bien un estado mental que se cultiva a través de la práctica diaria de la gratitud, la compasión y la autoaceptación. En otras palabras, la felicidad es más un camino interior que una meta que podamos alcanzar externamente.
La felicidad requiere de nuestra atención y cuidado continuo, la felicidad no puede basarse en lo exterior, debe fundamentarse en lo que nosotros somos en esencia. En nuestro interior.
Y esto la mayoría no lo entiende, o si lo entiende lo ignora. Y pasamos la mayor parte de nuestra vida en la rueda del Hámster, sin parar de correr en busca de la felicidad en el mundo exterior, pero curiosamente esta forma de actuar nos mantiene siempre en el mismo sitio.
Trabaja tu interior, conócete a ti mismo y encontrarás la felicidad simplemente donde siempre estuvo esperándote. Dentro de ti.
Feliz día 😀
Don't Give up! 