Alguien te ha dicho alguna vez,«si haces esto de esta forma ahorraras tiempo», pues siento decirte que te estaba engañando. El tiempo no se puede AHORRAR, a lo máximo que podemos llegar es a optimizarlo, pero nunca a ahorrarlo.
No podemos guardarnos una hora de hoy para mañana, o para el día de Navidad, eso simplemente es imposible.

Photo by Niklas Rhöse
Siguiendo con mi post del día 23/10/2016 El tiempo es limitado, me gustaría añadir una reflexión adicional, para esto utilizaré como ejemplo una película que basa su argumento en la idea de que el tiempo es la moneda de pago para cualquier transacción. La película en cuestión es «In Time».
Trailer de In Time
¿Estamos dispuestos a pagar el precio?
¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por ver la TV, si el precio fuera restar días de nuestra vida?
Piénsalo bien ya que eso es lo que estás haciendo. La realidad es mucho peor, ya que no es que en lugar de vivir hasta los 85 años, simplemente se reduzca tu vida unos pocos días y eso es todo. No, por una parte seguro que cuando llegues a esa edad ya no pensaras lo mismo, y por otra las cosas no funcionan de esta forma. Cuando decides gastar tu tiempo en lugar de invertirlo, no lo restas del final, lo restas del presente, de este mismo momento. Lo que es peor, parece no importarnos.
Cuestión de prioridad
Todo es cuestión de priorización, no podemos echar la culpa a la falta de tiempo. El tiempo es igual para todos, tu inversión es lo que cuenta.
Si tu prioridad es tu familia, porque alargas tu jornada de trabajo, a que esperas a pasar tiempo con tu familia, el tiempo no se estira y una hora perdida jamas podrá ser recuperada. Recuerda que no puedes ahorrar el tiempo.
Por lo tanto, necesitamos priorizar nuestras acciones para incluir las principales y más importantes dentro de nuestro reloj y dejar fuera todo lo prescindible.
Priorizar no es sencillo
Es muy fácil decir que es necesario priorizar, pero llevarlo a la practica es algo completamente distinto. Y el problema está en que por lo general no hacemos el esfuerzo de identificar de forma sincera que es lo realmente importante para nosotros.
En este punto entran en juego conflictos de intereses, mis preferencias, las de mi familia, las de la empresa, las de mis amigos, y al final confundimos lo que es importante para nosotros, con lo que es importante para alguien ajeno, y lo que es peor lo asumimos como nuestro.
La única forma de identificar lo que nos importa es escuchándonos, recuperando la comunicación interior. En la actualidad estamos tan hiperconectados que hemos perdido el contacto con nosotros mismos. Por esta razón, entre otras muchas, es importante tener hábitos que fortalezcan esa línea de comunicación. En particular considero especialmente útiles los siguientes hábitos:
- Escribir un diario. Plasmar nuestros pensamientos, escucharnos.
- Pasear por la naturaleza, volver a contactar con sonidos, olores y sensaciones que nos acercan a nuestra esencia.
- Meditar, simplemente dejar nuestra mente en paz y en tranquilidad, controlando nuestra respiración y dejando que se apaguen lentamente todos los diálogos internos.
Del Gasto a la Inversión
Tras realizar una correcta identificación y priorización de los temas fundamentales de nuestra vida, tan sólo nos queda mantener en nuestra mente la siguiente pregunta:
- ¿Estoy ahora invirtiendo mi tiempo en alguna de mis prioridades o simplemente lo estoy gastando?
Si tu respuesta es, lo estoy gastando. No lo pienses dos veces, deja de hacer lo que estés haciendo y comienza a invertir tu tiempo en tus prioridades.
¿Qué es Gasto y que es Inversión?
Aunque pueda parecer que es algo claro, cada persona es un mundo y es muy normal que sean conceptos que se intercambian y que por lo tanto dependen de la perspectiva de las personas. Lo que para mi es un gasto de tiempo, para otra persona puede ser una inversión, y viceversa. Más aún, dado que vivimos en constante cambio lo que hoy para mi es un gasto de tiempo, podría ser que en un futuro sea una inversión, y por lo tanto la clave es también estar abiertos al cambio, ser flexibles y adaptables.
Reflexión final
Gastar tu tiempo es gastar tu vida.
Así pues, si quieres alargar tu vida invierte bien tu tiempo.
El tiempo se puede invertir, para lograr un futuro mejor, pero nunca se puede retroceder.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Efectivamente, siempre con la vista al frente.
Gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta