Reflexión efectiva para el crecimiento personal y profesional
La reflexión empieza con algo tan sencillo como identificar qué ha ido bien, qué ha ido mal y qué puedes cambiar la próxima vez
Del libro «Aprendizaje infinito» de Sergio San Juan
⭐️ La simplicidad como punto de partida
La cita con la que inicio este post resalta que la reflexión no tiene por qué ser un proceso complejo e intimidante. Cuando nos planteamos un momento de reflexión creemos que debe de ser un momento de introspección profundo y filosófico, pero en realidad, puede consistir en preguntas sencillas y directas:
- ¿Qué fue bien? Podemos pensar en nuestros éxitos, por pequeños que sean, esto nos ayuda a identificar nuestras fortalezas y las acciones que debemos repetir. Esta reflexión es genial para mantener nuestra automotivación y construir nuestras siguientes acciones sobre lo que ya nos ha funcionado en otro momento.
- ¿Qué fue mal? También debemos de analizar los errores que hemos cometido. Se trata de nuestros puntos débiles, y no con el objetivo de culparnos, sino para entender las causas y evitar que las volvamos a repetir. Sin duda, una de las mejores formas de aprendizaje.
- ¿Qué podemos cambiar la próxima vez? Esta es la parte de nuestra reflexión más importante y orientada a la acción. El punto clave es no quedarnos con el análisis del pasado y transformar la reflexión en un plan de futuro. En definitiva, establecer un proceso de mejora continua que mantenga siempre activo nuestro crecimiento.
🔄 El ciclo de mejora continua
En definitiva, un ciclo de aprendizaje y mejora, un proceso iterativo sin fin en el que:
- Realizamos una acción.
- Reflexionamos sobre los resultados de esa acción. Buscando momentos deliberados. Es decir, planificando específicamente esos momentos en nuestra agenda.
- Ajustamos el enfoque o la estrategia para la siguiente acción.
Este ciclo es la base de metodologías como la mejora continua (Kaizen) y es aplicable a cualquier área de la vida, ya sea en nuestra vida laboral, en un proyecto concreto, en una relación personal o en un hábito diario.
En resumen, la reflexión es una herramienta práctica y accesible que nos empodera para tomar el control de nuestro desarrollo. Simplificar el proceso de reflexión rompe la barrera de intimidación y nos permite pasar de ser observadores de nuestras experiencias a convertirnos en agentes activos de nuestro propio cambio.









