🚀 ¿Quieres ser un líder que realmente haga crecer a su equipo? 🚀
Pues existen un montón de competencias que tienes que desarrollar y trabajar de forma consciente. Entre ellas se encuentra la “Supervisión” 👁️, y no refiero a ver a través de las paredes…
La “Supervisión” es una responsabilidad clave para los líderes, y es que no solo consiste en asignar tareas, ¡es todo un arte que necesitamos dominar!
📚Mientras estoy leyendo el libro de Brian Tracy “Cómo lideran los mejores líderes”, os comparto las ideas clave que me resuenan para aprender y saber ejercer una supervisión excelente:
Claves de la Supervisión
🛡️ Responsabilidad total
Nuestro equipo es el reflejo de nuestras decisiones, y por lo tanto debemos de asumir completamente la responsabilidad de sus resultados, así como la de su desarrollo y su rendimiento.
❤️ Empatía y respeto
Tenemos que tratar a nuestro equipo con paciencia y comprensión. El respeto es la base de las relaciones solidas. Dedica a tu equipo el tiempo suficiente, escucha sus ideas con interés genuino, y sobretodo trata a cada una de las personas de tu equipo con el mayor respeto posible.
🌟 Liderazgo servicial (Liderazgo dando ejemplo)
Nuestra misión es empoderar a todas las personas de nuestro equipo. Dales confianza, da ejemplo de dedicación y excelencia, sírveles para que ellos puedan servir a nuestra empresa. Y nunca olvides tratar a cada uno como te gustaría que te tratasen a ti. ¡Esta es la sencilla fórmula para que tu equipo de lo mejor de si mismo!
Tenemos un gran trabajo por delante, y siguiendo estas ideas cada día mejoraremos como líderes.
🙋🏻🙋🏻♀️ ¿Qué otras competencias de un líder consideras importantes? 🙋🏾♂️🙋🏻♀️
¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas parecen estancadas mientras otras no paran de crecer? 🤔
La respuesta está en el equilibrio entre EXPLORAR y EXPLOTAR.
Este es un concepto fascinante que tiene sus raíces en el dilema de la exploración-explotación, un principio fundamental tanto en el aprendizaje por refuerzo como en la toma de decisiones humanas.
💡 Veámoslo en detalle…
La tensión entre explorar y explotar representa una de las decisiones más importantes que enfrentamos en múltiples contextos de nuestra vida. Cuando explotamos, aprovechamos el conocimiento y las habilidades que ya tenemos, obteniendo resultados predecibles basados en experiencias pasadas. Por ejemplo, un chef que prepara su plato más exitoso o un músico que interpreta las piezas que mejor domina.
Por otro lado, cuando exploramos, nos aventuramos en territorio desconocido, probamos nuevas aproximaciones y asumimos más riesgos. Esto podría ser un programador aprendiendo un nuevo lenguaje de programación o un artista experimentando con un estilo completamente diferente.
💡 Factores críticos que influyen en este equilibrio
Explotación vs Exploración
El tiempo disponible es un factor determinante. Cuando enfrentamos plazos cortos o presión inmediata, la explotación suele ser la estrategia más segura. Un ejemplo claro sería un estudiante la noche antes de un examen. En ese caso, es mejor repasar lo que ya sabe que intentar aprender conceptos nuevos.
El momento vital también juega un papel crucial. En las etapas tempranas de nuestra carrera o un nuevo proyecto, la exploración tiene más valor porque nos ayuda a descubrir nuestras fortalezas y oportunidades. Conforme avanzamos y encontramos nuestro nicho, la explotación de nuestras competencias centrales cobra más importancia.
Sin embargo, el verdadero arte está en encontrar el equilibrio dinámico entre ambas estrategias. Un ejemplo práctico sería dedicar el 80% del tiempo a explotar nuestras fortalezas actuales mientras reservamos un 20% para explorar nuevas posibilidades. Esta distribución puede ajustarse según las circunstancias específicas.
¿Has notado cómo este equilibrio ha evolucionado en tu propia experiencia profesional o personal? Añade un comentario contándonos tu propia experiencia.
La hormesis es un fenómeno biológico que se refiere a la respuesta adaptativa de un organismo a un agente estresante o a una dosis baja de un agente tóxico, lo que resulta en un efecto beneficioso en lugar de perjudicial. En otras palabras, la hormesis describe el proceso por el cual un organismo se vuelve más resistente y saludable cuando se expone a dosis bajas de un agente que sería perjudicial en dosis más altas.
Este fenómeno ha sido observado en una variedad de contextos, incluyendo la exposición a toxinas, radiación, ejercicio físico y restricción calórica. En dosis bajas, estos factores estresantes pueden activar mecanismos de defensa en las células y mejorar la resistencia del organismo a situaciones futuras de estrés.
La hormesis tiene implicaciones importantes en áreas como la toxicología, la medicina y la biología del envejecimiento. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos de la hormesis pueden variar según el tipo de agente estresante y el organismo involucrado, por lo que no se aplica de la misma manera en todas las situaciones.
Vemos como se podría representar la Hormesis gráficamente, ya de una forma tendenciosa al ámbito del desarrollo personal y profesional.
Dosis Hormetica
¿Podría aplicarse este concepto al Estrés Laboral, y por extensión al crecimiento profesional y personal?
El concepto de hormesis también puede aplicarse al estrés laboral, aunque de manera metafórica. En el contexto del estrés laboral, la hormesis se refiere a la idea de que ciertos niveles de estrés pueden ser beneficiosos para el rendimiento y el desarrollo personal, siempre y cuando estén dentro de ciertos límites y se manejen adecuadamente.
A niveles bajos, el estrés laboral puede motivar a las personas a ser más productivas, a mejorar sus habilidades de afrontamiento y a enfrentar desafíos de manera efectiva. Un cierto grado de presión en el trabajo puede aumentar la concentración y la energía, lo que a su vez puede mejorar el desempeño en tareas específicas.
Sin embargo, cuando el nivel de estrés supera ciertos límites y se convierte en crónico o abrumador, puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental de las personas. El estrés excesivo puede conducir al agotamiento, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. También puede afectar la calidad del trabajo, la toma de decisiones y las relaciones interpersonales en el lugar de trabajo.
Así podríamos representar el rendimiento de nuestro crecimiento en función del Estrés según la misma gráfica general, en la que podemos distinguir claramente tres zonas:
Bajo Nivel de Estrés, o inexistencia del mismo
Nivel Optimo de Estrés
Estrés Crónico
Encuentra tu punto optimo de Estrés
Vamos a ver en detalle cada una de estás Zonas dejando para el final la Zona de Nivel Optimo que es la que realmente nos interesa para nuestro crecimiento.
Bajo Nivel de Estrés
Los niveles muy bajos de estrés en el trabajo o en la vida en general pueden estar relacionados con la laxitud, la falta de interés y la procrastinación. El estrés moderado puede tener un efecto motivador y mantener a las personas enfocadas en sus tareas. Cuando el nivel de estrés es muy bajo o inexistente, algunas personas pueden experimentar falta de motivación para realizar sus responsabilidades.
La falta de estrés puede llevar a la complacencia y a una disminución del sentido de urgencia para completar las tareas. Las personas pueden volverse menos productivas y menos eficientes si no se sienten presionadas por el tiempo o por la necesidad de cumplir con ciertos estándares. La procrastinación, o el aplazamiento de tareas importantes, también puede estar relacionada con niveles muy bajos de estrés. Cuando no hay un sentido de urgencia, las personas pueden posponer las tareas importantes, lo que puede llevar a la falta de logros y al aumento del estrés a largo plazo cuando se acumulan las responsabilidades no abordadas. Se trataría de las personas que viven plácidamente en sus Zonas de Confort sin ningún interés por su crecimiento.
Estrés crónico
Niveles excesivos y constantes de Estrés, lo que consideraríamos Estrés Crónico nos llevan al otro extremo al síndrome de «Burnout«.
El burnout es un estado de agotamiento físico, emocional o mental que resulta de la exposición prolongada al estrés laboral o personal intenso y a situaciones laborales o personales difíciles. Las personas que experimentan burnout suelen sentirse abrumadas, desilusionadas, y pierden interés en su trabajo y en las actividades que solían encontrar placenteras.
El burnout no ocurre de la noche a la mañana; es el resultado de un estrés crónico y sostenido en el trabajo. Las personas que se encuentran en entornos laborales muy estresantes, que tienen altas demandas y bajo control sobre su trabajo, están en mayor riesgo de experimentar burnout. También puede ocurrir cuando las personas sienten que sus esfuerzos en el trabajo no son reconocidos o valorados.
Los síntomas del burnout pueden incluir fatiga crónica, falta de energía, dificultad para dormir, irritabilidad, falta de concentración, cambios en el apetito, dolores físicos y una actitud negativa hacia el trabajo y la vida en general.
El burnout puede tener graves implicaciones para la salud física y mental de una persona y puede afectar negativamente su desempeño laboral y su vida personal. Por lo tanto, es importante que las personas que experimentan síntomas de burnout busquen apoyo, ya sea a través de recursos en el lugar de trabajo, como programas de bienestar y apoyo psicológico, o a través de profesionales de la salud mental.
Nivel optimo de Estrés
Si bien debemos de huir de las zonas anteriormente indicadas, la clave de nuestro crecimiento esta en situarnos y mantenernos en esta Zona de Estrés optimo.
Encontrar el punto óptimo de estrés es un proceso individual y requiere de autoconocimiento para comprender tus límites y necesidades. Aquí te dejo cinco estrategias que pueden ayudarte a encontrar ese equilibrio y manejar el estrés de manera efectiva:
Autoevaluación: Tómate el tiempo para evaluar tus niveles de estrés y cómo te sientes en diferentes situaciones. Reflexiona sobre qué actividades o situaciones te generan estrés excesivo y cuáles te hacen sentir motivado y comprometido. Esto te ayudará a identificar patrones y áreas que necesitas abordar.
Equilibrio entre Desafíos y Habilidades: Encuentra tareas que te desafíen, pero que estén dentro de tus capacidades para mantener el flujo y el interés.
Establece Metas Realistas: Define metas claras y alcanzables para ti mismo. Establece expectativas realistas en relación con tus capacidades y responsabilidades. Las metas alcanzables pueden proporcionarte un sentido de logro sin generar un estrés abrumador.
Desarrolla Habilidades de Afrontamiento: Aprende y practica técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, la meditación, el ejercicio regular y la gestión del tiempo. Estas estrategias pueden ayudarte a reducir el estrés y a mantener la calma en situaciones desafiantes.
Establece Límites:Aprende a decir no cuando sea necesario y establece límites claros en tu trabajo y vida personal. No dudes en delegar tareas si es posible y busca el equilibrio entre el trabajo y el tiempo libre para evitar la sobrecarga.
Busca Apoyo: Habla con compañeros, amigos o familiares sobre tus preocupaciones y busca apoyo cuando lo necesites. A veces, compartir tus pensamientos y emociones con alguien de confianza puede aliviar el estrés y proporcionarte nuevas perspectivas sobre tus desafíos.
Optimización del Estrés
En resumen
Recuerda que el autoconocimiento y la adaptabilidad son la clave fundamental. Lo que puede funcionar para una persona puede no ser efectivo para otra. Así pues, experimenta con diferentes estrategias y ajusta tu enfoque según lo que te encaje mejor. Pero sobretodo trabaja para mantener el Estrés que soportas dentro de la Zona Optima.
Para terminar, te desafío a encontrar tu punto óptimo de estrés y aplicar estas estrategias en tu vida profesional y personal.
¡Comparte tus experiencias y descubrimientos en los comentarios!
Juntos, podemos convertir el estrés en nuestro aliado para el crecimiento.